La inestabilidad política y económica que afecta a toda Europa, ha desencadenado una oleada de racismo que ha ido extendiéndose con fuerza, aprovechando la situación para culpar a la población migrante del aumento de la desigualdad social, provocada por los gobiernos y grandes empresas que controlan los mercados. Con mensajes de odio, el fascismo intenta ganarse el favor de los sectores más golpeados, vendiéndoles soluciones ineficaces, señalando falsos culpables, promoviendo actitudes racistas y xenófobas y enfrentando entre sí a vecinas y vecinos.
Estas actitudes de odio y violencia hacia minorías étnicas, se han reforzado con la llegada de refugiados y las políticas de cierre de fronteras, que llevan a cabo los gobiernos europeos dejando que miles de personas mueran a las puertas de los llamados “países democráticos y del primer mundo”, sin recursos y sin ser atendidos por las instituciones sanitarias de cada país.
No podemos ni debemos amparar acciones que atenten contra la dignidad de las personas, ni que alienten la discriminación por cualquiera que fuere el motivo. Hay que denunciar cada agresión y cada acción discriminatoria. Mostrar indiferencia sólo sirve para dejar que la mancha de odio se propague dejando que los grupos fascistas ganen terreno en nuestros barrios e incluso en las instituciones públicas, como pasó en las pasadas elecciones municipales, en las que la extrema derecha consiguió 12 concejales en la Comunidad de Madrid (la mayoría en el Corredor del Henares).
Nos oponemos a todas las formas de opresión: racismo, sexismo, islamofobia, homofobia, fascismo…
Por ello consideramos necesario acudir el próximo sábado 19 de marzo a la concentración en Madrid por la jornada internacional contra el racismo.