Hace ya más de siete años que sucedieron unos hechos de extremada violencia policial en las fiestas de San Sebastián de los Reyes en la noche del 30 al 31 de agosto. Los medios de comunicación tildaron de “pelea multitudinaria” y “batalla campal”, lo que en realidad fueron actos de provocación y agresiones indiscriminadas por parte de la Policía Nacional y Policía Local. Es fácil echarle la culpa al exceso de consumo de alcohol y estupefacientes en un ambiente de fiestas locales, cuando es desde los mismos organismos de gobierno municipales donde se ha venido construyendo este modelo de fiestas consumistas. Los cuerpos de represión, haciendo gala de su habitual actitud, en aquella madrugada, impusieron a golpe violencia el fin de la diversión y de la música en el entorno de las casetas del recinto ferial.
En este contexto se enmarca la situación a día de hoy de un compañero y vecino de San Sebastián de los Reyes, al cual, sin haber sido detenido aquella madrugada en los hechos que aparecen en los atestados policiales, fue identificado bastante rato después a la hora en la que se desarrollan los encierros. Hay que mencionar que esta identificación fue completamente aleatoria, basándose exclusivamente en la estética “punk” del compañero. Dado que esta persona interpretaba que no había cometido ningún delito, preguntó sobre el motivo por el cual debía identificarse; el policía que le quería identificar le llevó detrás de una carpa del puesto de Protección Civil, y allí le propinó un fuerte porrazo para reducirle, posteriormente le agredieron entre cuatro policías más. Fue trasladado a la comisaría del municipio, donde asegurándole que le iban a quitar las esposas, en realidad recibió una paliza por parte de los policías que allí se encontraban. Más tarde, le comunicaron que estaba acusado de haberle lanzado una botella a un policía y haberle causado lesiones graves en la cabeza.
Este compañero se acogió provisionalmente a un abogado de oficio, tuvo que declarar por estos hechos en su momento, y no volvió a tener noticias del mismo. Incluso ya pensaba que estaba completamente archivado el caso judicial, pero recientemente y tras haber pasado siete años de aquello, le ha llegado una notificación para citarle a juicio. Le acusan de participación en disturbios, atentado a la autoridad y lesiones a un policía. Por todo ello le solicitan 5 años de prisión y 9.750 euros de multa.
Como de costumbre, esta violencia policial se ampara en su impunidad política, y en una estrategia de criminalizar a la juventud, ya sea cuando esta lucha en las calles junto a los movimientos populares, o bien cuando se divierte en unas fiestas municipales.
Desde nuestro colectivo antirrepresivo, nos solidarizamos con este compañero de San Sebastián de los Reyes, difundimos los hechos y nuestra visión política de los mismos. Animamos a acudir a los eventos que su grupo de apoyo convoca, comenzando por la jornada antirrepresiva del próximo viernes 15 de enero en el E.S.O.A. La Dragona (metro La Elipa, línea 2). Frente a su violencia legalizada, nuestra solidaridad incondicional, porque la represión nos afecta a todas.
Rompiendo cadenas …
… creando lazos